En las manifestaciones contra el gobierno de Maduro ha salido a relucir esta poderosísima arma química donde los manifestantes usan estiércol envasado en distintos recipientes que luego son lanzados a los organismos de seguridad y a los colectivos bolivarianos.
Noel Álvarez*
Es marrón, amarilla o con pepitas rojas rojitas y otros colores de acuerdo a la comida ingerida, proviene de nuestro intestino grueso y huele mal. Dependiendo del país donde se produzca la llamamos hez, caca, pupú o m… como se le conoce en algunas partes del país. Nuestros excrementos tienen el potencial para hacer la vida humana más fácil y cada vez más investigadores y filántropos están conscientes de ello. El fundador de Microsoft, Bill Gates, anunció a principios de 2015 que su fundación financiaría una máquina capaz de transformar los excrementos humanos en agua potable y electricidad en apenas cinco minutos. En el Reino Unido, el doctor Alisdair MacConnachie llevó a cabo trasplante de heces para tratar la infección de Clostridium difficile.
A pesar que eventualmente la gente se dio cuenta que la causa de las epidemias es la caca y otros fluidos corporales, ha habido varias épocas en las que la gente ha usado heces como una especie de arma biológica primitiva. Uno de los pueblos en usarlas contra la represión de sus enemigos fue el Escita; enigmáticos guerreros que dominaron las estepas de Eurasia desde el 700 hasta el 300 antes de Cristo. En Deuteronomio se hace alusión a ellos y diversos teólogos piensan que son los oriundos de Magog. Heródoto, recogió múltiples referencias e historias sobre esos hombres «de ojos azules y cabello color de fuego», jinetes invencibles, maestros en el manejo del arco y con costumbres tan inquietantes como la de beberse la sangre del primer enemigo que abatían y recoger las cabezas de sus rivales muertos para ofrecérselas a su rey.
Durante la Edad Media, las heces de las víctimas de la plaga bubónica eran catapultadas hacia los castillos para infectar a sus moradores. En la China del siglo XII se usó una versión un poco más avanzada del estiércol catapultada. El arma, que el autor llama “una bomba lanza excremento”, fue una especie de explosivo hecho con hilo de cáñamo y relleno de pólvora, excremento humano y veneno, con una mecha que era encendida antes de ser lanzado al enemigo.
Durante la Guerra de Vietnam, el Viet Cong usó un arma simple, pero efectiva y asquerosa conocida como estacas punji que se hacían con palos de bambú afilados sumergidos previamente en excrementos humanos. A principios de los años 40, los Estados Unidos enviaron a los franceses un atomizador militar de heces fecales para rociar la cara de los generales alemanes. Cuando la intervención militar norteamericana en Laos y Vietnam, las tropas de la Unión Soviética habrían lanzado sustancias amarillenta sobre los miembros de grupos armados disidentes de estos dos países.
Esta tradición de la gente que no tiene armas a la mano y usa sus detritos como una sustancia para infectar continua ejecutándose en la actualidad. Un trabajo de investigación recientemente publicado en LA Times dice que en varias ocasiones los prisioneros de la cárcel de hombres de Los Ángeles lanzan sus cerotes y otros fluidos corporales a los oficiales. “Los presos suelen mezclar sus desechos con mermelada para que se adhieran más fácil a su objetivo”.
En México usan el picante mezclado con excrementos para producir una salsa llamada “salsa picante tapatío” y logran hacer una buena mezcla que lanzan a las fuerzas militares. En las manifestaciones contra el gobierno de Maduro ha salido a relucir esta poderosísima arma química donde los manifestantes usan estiércol envasado en distintos recipientes que luego son lanzados a los organismos de seguridad y a los colectivos bolivarianos.
*Coordinador Nacional de IPP-Gente
@alvareznv
Este artículo está siendo publicado por sesenta y cinco (65) medios de comunicación en Venezuela y uno (01) en los Estados Unidos de Norteamérica.
